La deuda

domingo, 8 de abril de 2012

Ayer por la noche me acerqué a una película que en principio iba a ser un entretenimiento más, pero que resultó ser un BUEN entretenimiento de los que llevan mensaje y te dejan pensando un ratito después de verla.
Se trata de La deuda película norteamericana adaptación de una israelí que nos cuenta la historia de tres miembros del Mossad (inteligencia israelí) que a mediados de los sesenta son enviados a Alemania para capturar y extraditar a uno de los mayores criminales nazis. La película arranca, sin embargo, treinta años más tarde cuando su misión se estrena en forma de libro y reciben una noticia que remueve las bases en las que se han sustentado sus vidas: el criminal al que asesinaron... sigue vivo.
Me ha gustado el ambiente de la película, el reparto (sobre todo la conjunción Jessica Chastain - Sam Worthington) y la dosificación de la información, pero sobre todo el mensaje que subyace: ¿cuántas veces nos mienten los políticos/ fuerzas del orden? Y no me refiero a las miles de promesas electorales que se van por el retrete cada día, sino a las versiones oficiales de los grandes sucesos que recibimos.
Está claro que ya no vivimos en tiempos de Franco y que la censura ha pasado a mejor vida (aunque en la práctica todavía existan prejuicios sobre determinados temas), pero también creo muy clara la influencia de los medios en la reconstrucción de la realidad que nos rodea. La pregunta que plantea esta película es: ¿está justificado? ¿Una mentira es mejor que una verdad en determinadas circunstancias? ¿Quién y cómo puede decidirlas?
Los tres protagonistas de esta película responden a estas preguntas de manera muy distinta: fingiendo que nada ha pasado, sacrificando su felicidad por mantener las apariencias o luchando lo que queda de existencia por resarcir su error.
Desde luego, resulta un poco extraño que esta historia (israelí) nos la cuenten unos rostros como los de Helen Mirren o Tom Wilkinson (amén de los ya mencionados Worthington y Chastain), y tampoco he visto la versión original para saber si era necesario una revisión made in USA, pero el resultado no me ha desagradado en absoluto, más bien al contrario.

Uno para todos... ¡a tumbar la taquilla!

viernes, 6 de abril de 2012

Lo confieso: me pirra la obra en general de Alejandro Dumas y Los tres mosqueteros en particular. Disfruté muchísimo de su lectura y, aunque más de una vez les hubiera dado un capón a Athos y compañía por bravucones, Dumas sabía muy bien lo que hacía y consiguió que un novelón de 700 páginas se pasara en un suspiro entre tantas aventuras.
Cuando me enteré de que estaban preparando una nueva versión cinematográfica lo primero que me pregunté fue: ¿y qué van a mejorar? Los tres mosqueteros ha sido más que adaptada al cine (hasta en forma de spin-off con sus protas ya retirados en la genial El hombre de la máscara de hierro), así que dudaba un poco de que otra nueva versión fuera a suponer una novedad.
Luego llegaron las primeras noticias sobre el reparto y las primeras imágenes y me empezó a picar la curiosidad: Matthew MacFadyen es una de mis debilidades confesadas. Me gusta muchísimo cómo actúa, su voz profunda (tanto en versión original como el magnífico trabajo del actor de doblaje Alejandro García) y una humanidad que no sé si estará en sus ojos o en su sonrisa, pero que lo convierten en uno de los hombres más irresistibles que nunca he visto. Y a él se le añadieron Luke Evans (en fin, a las fotos me remito ^^), Ray Stevenson (que ya me llamó la atención en El rey Arturo), Orlando Bloom y el abominable (es que le tengo tirria, qué le vamos a hacer, siempre hace de malo) Christoph Waltz.
El primer trailer con un dirigible a toda máquina metiendo caña en el castillo de Buckingham respondió, por fin, a mi pregunta de qué de nuevo nos ofrecía esta versión: acción, escenas de las que dejan con la boca abierta y te impiden pensar durante un par de minutos en nada más.
Pero, ¡ojo! la película ofrece más que apabullantes efectos especiales: los personajes están bien dibujados, sobre todo la chulería de D'Artagnan aunque han cambiado muchas cosas de la obra original para simplificar la historia y hacerla más "vendible":
- Athos y su relación con Milady es distinta. Como en el libro y en el resto de adaptaciones, Milady es una espía de ida y vuelta pero toda esta subtrama está planteada y resuelta de manera muy diferente a la de Dumas.
- Adiós a la casa de los mosqueteros y al capitán de los mosqueteros... adiós en general a esta institución.
- Todo el tema de los diamantes del collar de la Reina también es diferente. Aquí es donde más han metido la pata (desde mi punto de vista). La actuación de los mosqueteros no se explica, es incomprensible para cualquier lector de la novela e incluso para los personajes tal y como están plasmados en la película. ¿El motivo? Se descubre dos minutos después de la sopresa final: habrá segunda parte.
Pese a todos estos cambios la película me pareció visualmente muy atractiva, los actores lo hacen de vicio (supongo que a Christoph Waltz no le hace falta mucha preparación para hacer de malo), tiene momentos divertidos (gracias en parte a Blanchet y a la chulería del jovencito D'Artagnan) y Orlando Bloom con sus modelitos metrosexuales, sus ojos pintados y su tupé de 30 cm es del todo cómico.
¿La recomiendo? Sí... aunque el final me ha dejado fría, fría... como un témpano.
A ver qué hacen en la próxima.