Toledo. Ciudad del Greco

lunes, 9 de junio de 2014
La puerta principal de la catedral, majestuosa.
¡Buenas!
Tras una semana ausente por cuestiones que escapaban a mi control (básicamente, agotamiento mental debido a las estresantes semanas de exámenes en la academia donde trabajo), os traigo una entrada diferente a lo que suelo acostumbrar aunque, eso sí, llena de cultura y buenas vibraciones como intento transmitiros en cada una.

¿Quién no ha oído hablar del IV centeranio de la muerte del Greco, el gran pintor del siglo XVI / XVII que convirtió Toledo en su ciudad fetiche?

Greca pensativa.

Habríais de vivir en una burbuja (o demasiado pendientes solo del Whatsapp) para no haber visto en la tele, oído en la radio o leído en prensa alguno de los múltiples spots con que nos han bombardeado para recordarlo.


Fuera de las murallas que protegen el casco antiguo.
No soy muy fan de este tipo de conmemoraciones. El hecho de que se conmemore algún autor u obra y todos nos recreemos en ellos como borreguitos no va mucho conmigo, que ya tengo los gustos bastante definidos (para una cosa que tengo clara en mi vida...). Sin embargo, cuando en el club de lectura Té con Tagore (tenéis el link por algún lugar de la columna derecha) se propuso hacer una visita relámpago a la ciudad que acoge las grandes exposiciones diseñadas para el evento del Greco, no supe ni quise decir que no. Hacía tanto que no viajaba... y a Toledo, nada menos, con la de veces que he estado allí (literariamente hablando) y las ganas que tenía de pisarla (físicamente hablando, esta vez)...

Vistas desde la escalera mecánica que sube a lo alto del Alcázar.
Dicho y hecho, antes de que me diera cuenta el último fin de semana de mayo había llegado y, con él, nuestro viaje a la antigua tricultural capital española.
¿Qué os puedo contar?
Las puertas para entrar en la antigua Toledo. Nos detuvieron unos manifestantes de CCOO.

Divina.

Y no puedo encontrar un adjetivo que la describa mejor porque, no en vano, en ella se dieron la mano tres culturas y, por tanto, tres dioses diferentes pero iguales al mismo tiempo: cristianismo, islamismo y judaísmo se dejan notar en los diferentes barrios del casco antiguo convirtiéndolo en algo realmente inolvidable. Las tres culturas pugnaron por erigir los edificios más bonitos y todo ello no hace más que redundar en la belleza de la ciudad. Es, como se hizo habitual decir entre los amigos que viajamos juntos, "una pasada".

Una de las impactantes fotografías de la exposición "Toledo contemporánea".
Atardecer en la plaza del ayuntamiento y de la catedral.
Arquitectura sefardí en el barrio judío.
El Greco en todo su esplendor en el interior de la catedral toledana.




En el jardín de la casa del Greco.
No os quiero aburrir con una crónica detallada de nuestros dos días en Toledo (para más información sobre las preciosas exposiciones: http://www.elgreco2014.com/) porque ni a vosotros os iba a interesar demasiado que me enrolle con anécdotas de gente que no conocéis, ni a mí me gusta airear demasiado mi vida privada por las redes pero, si he decidido hacer una parada en Toledo y dedicarle esta entrada es, simplemente, para animaros a visitarla, ahora o cuando se pase el boom del Greco (a siete personas de aspecto "no-guiri" tuve que preguntar hasta dar con un toledano... que no sabía dónde estaba el museo que le pregunté), cuando os dé la real gana. Pero no os privéis de la visión de su catedral (ni por dentro ni por fuera), de sus mezquitas y sus sinagogas; pasead por sus callejuelas empedradas al atardecer de un día cálido con el sol todavía entibiando vuestros brazos y dorando las fachadas de las casas; disfrutad de sus perdices y sus toledanas, del jamón ibérico puro de su local salmantino y de la subida en una interminable escalera mecánica hasta lo alto del Alcázar...

No viajo más a menudo porque mi escueto salario no da para más, pero esta escapada, aunque desmontara mi economía, mereció muchísimo la pena.
Tengo el corazón dividido y una pequeña parte de mí quedó en Londres, otra en Barcelona y, ahora, otra se ha instalado en Toledo.

Feliz tarde,

Ana.

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