¡Buenas tardes, amigos lectores!
Seguramente os preguntaréis qué ha sido de mí y si he dejado de leer o ver cine para llevar tanto tiempo sin escribir nada por estos lares. Ni lo uno, ni lo otro (y el día que lo haga dejaré de conocerme a mí misma).
Lo cierto es que desde hace unos meses colaboro con la web www.anikaentrelibros.com y subo allí las reseñas de la mayoría de libros que voy leyendo.
Sin embargo, en esta ocasión os traigo una reseña de un libro que ha sido una gozada y que conseguí gracias a Hermida Editores.
¿Su título? La noche de los muertos vivientes (léase con voz tétrica de película de terror).
La noche de los muertos vivientes, John Russo
Argumento:
Basada en la película del mismo título de 1968 dirigida por
George A. Romero, “La noche de los muertos vivientes” relata una espeluznante y
desconcertante noche en la que los muertos se levantan de sus tumbas en busca
de carne humana viva. La acción comienza cuando una pareja de hermanos visita a
su padre en el cementerio y se tropiezan con un ser putrefacto, que recuerda
lejanamente a un ser humano pero que ataca al chico para comérselo. A partir de
aquí, la novela acompañará a la chica, Barbara, en su huida y su encuentro con
Ben, un joven de color con el que se atrinchera en una casa en mitad del campo.
Ben no está dispuesto a dejarse morder fácilmente y, mientras la pareja prepara
sus defensas, el ejército norteamericano hace cuanto puede para acabar con la
invasión.
Opinión personal:
“La noche de los muertos vivientes” me ha encantado. Así de
sencillo. Desconocía que la famosa película que aterrorizó a la generación de
mis padres y que tan mítica se ha vuelto con el paso de los años contara con
una novelización por parte de su propio guionista, John Russo.
Ese aspecto,
como viene siendo habitual, responde al interés de Hermida Editores en la
traducción y publicación de novelas inéditas en castellano con las que nos
viene sorprendiendo últimamente. Desde luego, esta novela merece muchísimo la
pena ser leída y disfrutada (si se puede emplear el verbo “disfrutar” para
describir la inquietud y angustia que sentí mientras transcurría esa
interminable noche), porque en su brevedad esconde una historia capaz de
ponernos los pelos de punta y, tan visual, que es imposible que te deje
indiferente.
Y es que, ¿quién mejor que John Russo, creador de esta
historia, para devolvernos al mundo de pesadilla que ya dibujó para la gran
pantalla? Algo que me atrapó por completo en la lectura y que es, creo, una de
las mayores virtudes de la novela, es justamente el lenguaje tan
cinematográfico en que está escrita. Realmente, parece que estemos allí, dentro
de la casa con Barbara y Ben, sufriendo el mismo lento pero implacable acoso y
derribo de las criaturas venidas de ultratumba.
He de reconocer, que pensaba que la historia no me
inquietaría tanto como lo ha hecho. He visto la serie The Walking Dead y,
sinceramente, últimamente parece que el tema zombie está más que explotado
tanto en cine como en televisión, pero “La noche de los muertos vivientes” me
mantuvo nerviosa toda su lectura, tanto o más que la mejor película de terror
del género. Russo es sumamente descriptivo pero también un gran contador de
historias. Por eso, en ningún momento tuve la sensación de que no pasaba nada o
que había descripciones de más. Muy al contrario, cuando acabé la lectura y
eché la vista atrás, me di cuenta de la cantidad de cosas que habían ocurrido
en un espacio tan reducido como una casa en mitad de la nada y en un espacio de
unas horas. Realmente, la lectura no podía haber sido más ágil ni la acción más
trepidante.
Sin embargo, lo que realmente me gustó al cerrar el libro y
dejar reposar un tanto todo cuanto había leído es el brutal mensaje que nos
deja Russo: en situaciones límite el ser humano está solo. Y da igual que vivas
en el país más avanzado del mundo (como en este caso lo era EE.UU. a finales de
los sesenta), porque ante lo desconocido hasta el ejército más poderoso de la
Tierra es inútil. Si tenemos en cuenta el momento en el que la novela fue
escrita (todavía con el telón de acero en pie y la Guerra Fría amenazando la
paz en el Mundo), este mensaje de soledad e indefensión es todavía más potente
y convierte “La noche de los muertos vivientes” en algo más que una mera
diversión llena de cadáveres andantes.
Dicha sensación de desesperanza, unida al irónico y cruel
final de la obra (os aviso, os quedaréis con la boca abierta), me ha acompañado
desde que terminé la lectura y sigue conmigo ahora que escribo estas líneas.
Ella ha conseguido que una historia de zombies sea mucho más y por ella también
le he dado la puntuación más alta en la red de lectores Goodreads.
En resumen, esta novela ha sido toda una sorpresa que me ha
asustado, encogido el corazón y hecho reflexionar a partes iguales. Una
historia con un ritmo trepidante, que se lee en un pis-pas y a la que quiero
volver pronto visionando la cinta original de 1968.
Nada más por hoy, amigos, solo desearos una terrorífica lectura si os animáis con esta novela y desear, también, volver a escribiros dentro de poco.